Los efectos de la pandemia que vive el planeta, como es sabido, escapan a lo netamente sanitario e impactan en áreas tales como la social, económica o ambiental, entre tantas. Si bien, con respecto a lo económico, hay varios resultados y análisis de lo acontecido en nuestro país, se torna relevante complementar estas cifras comparando ellas en el contexto mundial. En este sentido, el último informe emanado desde el FMI, junto a los resultados de las cuentas nacionales desde el Banco Central, nos entrega información que puede ser rescatada para elaborar esta comparación.
Durante el año 2020 la contracción de nuestra actividad, de 5,8%, superó al promedio mundial, que registró un retroceso de 3,3%. Por zonas geográficas, América Latina y el Caribe disminuyó su actividad en 7% (en un extremo se encuentra México con una caída de 8,1%, y en el otro Brasil con -4,1%); otro punto de referencia lo constituye el continente europeo, cuya contracción promedio ascendió a 6,6% (dentro de este resaltan España con -11%, Reino Unido -9,9%, Italia -8,9% y Francia con -8,2%, mientras que Alemania lo hizo en -4,9%). De lo anterior, comparando con estas zonas, Chile está dentro de los que mostraron las caídas menores.
Otro diagnóstico se obtiene si se compara con países de Asia, en los que, en general, se logró atenuar antes los efectos de la pandemia. Es así como la disminución de la actividad nacional queda muy por sobre el -2,1% promedio obtenido por Indonesia, Malasia, Corea, Tailandia y Filipinas (grupo denominado Asia-5); como tampoco es comparable con los resultados de China y Rusia, los cuales aumentaron su actividad en 5,8% y 2%, respectivamente.
Con respecto al comercio internacional, y para el mismo período, las exportaciones chilenas mostraron una variación de +6,9%, lo cual supera los resultados generales que obtiene en promedio todo el resto del mundo, ya que, para el caso de las economías desarrolladas, estas registraron un cambio de -9,5%, y para las emergentes uno de -5,7%. Por el lado de las importaciones, la variación nacional fue de -16,2%, y la de las economías desarrolladas de -9,1% y las emergentes -8,6%.
Las cifras anteriores se observan como auspiciosas, sin embargo, es necesario considerar que ellas obedecen más bien al impulso obtenido desde China, cuyo crecimiento elevó la necesidad del volumen de bienes desde nuestro país, así como también del precio internacional de estos (siendo uno de los ejemplos destacados el cobre).
Con todo, los datos indican que al menos nuestro país no está entre los más golpeados por la crisis Covid-19, no obstante se debe considerar que los datos representan promedio generales, por lo que no se debe olvidar que existen sectores en la sociedad que por la naturaleza de sus actividades no es factible una adaptación a la vida on line (un buen ejemplo de ellos son los sectores de la construcción o del turismo, en los que se vio una fuerte merma en sus actividades, afectando tanto a las empresas como a sus trabajadores). Queda, por lo tanto, depositar la esperanza en el éxito del plan de vacunación y en la actitud de toda la sociedad en mantener y respetar las medidas que permitan contener los posibles rebrotes de esta pandemia.
