Desde que comenzó la pandemia por COVID19, se destacó en distintos portales de noticias como nuestros mares, ríos y medio ambiente en general, parecía descansar de la contaminación que los seres humanos producíamos.
Sin embargo, el panorama fue cambiando cuando nos dimos cuenta de la gran cantidad de desechos que se producían producto de la emergencia sanitaria. Hoy es común ver como nuestras mascarillas llegan a los mares y afectan nuestros ecosistemas.
El plástico es una de las principales amenazas para el medio ambiente. Chile produce alrededor de 25 mil toneladas de desechos plásticos, es decir, unos 51 kilos por persona. Por eso, en el marco del Día Internacional del Reciclaje que se celebra este lunes 17 de mayo, los insto a que nos hagamos cargo de manera responsable de nuestra basura COVID, término acuñado a principios de 2020, haciendo referencia a las mascarillas, guantes de látex, envases de alcohol gel y productos de limpieza.
Claramente el uso de elementos de protección personal de manera masiva ha generado un incremento de los residuos de tipo plástico en los océanos y otros espacios naturales, afectando principalmente la flora y fauna marina y su uso indiscriminado, afecta a organismos beneficiosos, que aportan con servicios ecosistémicos, ya que la liberación de estas sustancias al aire supera su proceso de degradación.
Lo que se espera es que se haga un uso responsable de estos elementos y un posterior proceso de desecho de manera segura, para evitar contaminación en ríos, lagos o espacios naturales. El Ministerio de Medio Ambiente lanzó la campaña ‘Bota Responsable’, con el fin de reducir la contaminación por el mal manejo de la basura COVID. Por otro lado, también existen algunas iniciativas piloto donde le dan un segundo uso a las mascarillas, transformándolas en posavasos, lapiceros, entre otros elementos.
Las recomendaciones para la comunidad primero es cuidarse en esta crisis sanitaria y hacer un uso responsable de los elementos de protección personal y usar los productos desinfectantes sólo en superficies, lanzarlos al aire no tiene ningún efecto positivo en reducir los riesgos.